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Del viernes 14 al domingo 16 de junio de 2024, el Capítulo de las Esteras, titulado «Un mar de fraternidad. Franciscanos por un nuevo humanismo en el Mediterráneo», al que asistieron frailes, clarisas y laicos pertenecientes a la familia franciscana.

Tras la introducción y bienvenida de la Prof. Laura Tafaro, el Ministro Provincial de los Hermanos Menores de Lecce, Paolo Quaranta, dirigió el primer momento de oración, inaugurando oficialmente los trabajos del Capítulo.

A continuación, Fr. Alessandro Mastromatteo, Ministro Provincial de los Hermanos Menores de Apulia y Molise, presentó un resumen de los trabajos preparatorios del Capítulo de las Esteras, llevados a cabo por cada una de las fraternidades franciscanas.

El momento central de la jornada inaugural del capítulo fue la estimulante mesa redonda, moderada por expertos de diversos sectores que abordaron temas de gran relevancia y actualidad. Entre ellos, la complejidad del Mediterráneo como entidad global y la necesidad de revisar los parámetros geopolíticos, el estado de salud del Mediterráneo, el egoísmo del beneficio y la relectura histórica del Mediterráneo.

La primera jornada concluyó con un momento de oración por la paz, presidido por el Fr. Cesare Vaiani, Definidor General OFM, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud, símbolo de unidad y esperanza en un futuro de mayor fraternidad y solidaridad en el Mediterráneo.

Segunda Jornada

La segunda jornada del Capítulo de las Esteras se abrió con una mesa redonda en la que participaron destacadas personalidades de la escena religiosa y social internacional.

Fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, ofreció una visión detallada del contexto político en el que opera la Custodia. Señaló cómo la atención de los medios de comunicación se centra actualmente en Gaza, sin olvidar el persistente conflicto en Siria y la inestabilidad en el Líbano, con Chipre como única zona relativamente tranquila. Estos conflictos generan importantes flujos migratorios, y muchas personas se ven obligadas a abandonar sus tierras. Patton recordó las palabras del Papa Francisco sobre el conflicto palestino-israelí: «No se puede responder a una masacre con otra masacre».

Sor Miriam Oyazo, misionera franciscana en Turquía desde hace nueve años, compartió su experiencia de vida como extranjera y mujer consagrada en un contexto que a menudo no comprende este papel. Viniendo de Chile, Sor Miriam describió las dificultades y rupturas con su contexto de origen, que sólo pueden superarse a través de una perspectiva de fe. También compartió el trabajo que realiza su comunidad con mujeres extranjeras encarceladas.

Luca Casarini, responsable de Mediterranea Saving Humans, relató el nacimiento de la asociación y su significado. Subrayó que «acoger no significa esperar a que los refugiados lleguen a la aduana, sino ir a su encuentro». Denunció los 40.000 muertos en el mar desde el inicio del pontificado del Papa Francisco, el 20% de ellos niños, que murieron no porque naufragaran, sino porque no fueron rescatados. Concluyó diciendo: «De toda esta experiencia nos queda el sufrimiento como riqueza. Es un ir hacia ellos no para cambiarlos, sino para cambiarnos a nosotros».

Fr. Massimo Fusarelli, Ministro General de la Orden de Hermanos Menores, abrió la sesión de la tarde afirmando que en el mundo actual, como personas consagradas, ya no podemos ser el centro de atención. Por lo tanto, es necesario repensar nuestra presencia, las estructuras conventuales que habitamos y también su geografía.

Para ello, hay que dar vida a lugares y experiencias desde los que, guiados por el paradigma de la alteridad, se revise el modo de ser franciscanos, para superar el desajuste con las necesidades de un mundo que ha cambiado profundamente. El principal obstáculo para activar tales procesos es el hecho de que nos cuesta tocar los cambios que se están produciendo en el mundo.

Fr. Massimo subrayó que responder a los retos del Mediterráneo significa responder al cambio que se está produciendo en las realidades locales habitadas por franciscanos. Esta respuesta será adecuada si nos guiamos por la siguiente pregunta: «¿Cómo nos interpela la realidad en nuestra manera de creer?” Dar vida a un nuevo humanismo significa cuidar de nuestras propias vulnerabilidades y de las de los demás.

Tras la intervención de Fr. Massimo Fusarelli, con los testimonios de Fr. Daniel Rodríguez Blanco, Director de la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, y de Fr. Francesco Zecca, tuvo lugar la presentación de la Red Franciscana del Mediterráneo y del Proyecto OIKOS, Centro de Ecología Integral del Mediterráneo.

La jornada concluyó en la Catedral de Taranto con un concierto del cantante italiano Giovani Caccamo, conocido no sólo por su música, sino también por su compromiso social y cultural.

Tercera jornada

Con la presentación del documento final, la Celebración Eucarística presidida por Fr. Massimo Fusarelli y la marcha por la paz por las calles del centro histórico de Taranto, organizada por la Juventud Franciscana, concluyó el Capítulo de las Esteras.

En su homilía, Fr. Massimo Fusarelli subrayó la importancia de saber captar «brotes de novedad» en nuestras comunidades. Refiriéndose a la parábola del grano de mostaza presentada en el Evangelio del día, Fr. Massimo señaló que, dentro de nosotros, hay semillas de bondad que no vemos, pero que crecen por obra de Dios. Como Iglesia, y no como comunidad cerrada, estamos llamados a no hacer nuestro este bien, sino a hacerlo crecer y compartirlo mediante la acogida y la apertura a los demás.

Con información y fotografías de Azione Francescana news:

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