El domingo 12 de mayo concluyó el primer encuentro de la familia franciscana reunida en Marrakech, Marruecos, para abordar el tema de la migración en el Mediterráneo.
La jornada estuvo marcada por la visita del Cardenal Cristóbal López Romero, SDB, obispo de Rabat, quien con mucha claridad presentó la identidad y misión de la Iglesia en Marruecos.
Al hablar de la identidad eclesial, afirmó que “La Iglesia en Marruecos es migrante sociológica y teológicamente”. Sociológicamente porque la mayoría de los treinta mil católicos en Marruecos son migrantes de al menos cien nacionalidades. Para el cardenal la migración no es un problema o desgracia. Los migrantes no son recibidos en muchos lugares por ser pobres y esto tiene que ver con la “aporofobia” o miedo a los pobres.
La identidad teológica de la Iglesia migrante en Marruecos le viene dada de su ser peregrina. En tal sentido, esta Iglesia es migrante pero no extranjera porque busca encarnarse y tener un rostro marroquí. Una Iglesia que no quiere implantarse a sí misma sino construir el Reino de Dios basada en los valores de justicia, paz, libertad, vida, verdad y, el más fundamental, el amor.
Al abordar la misión eclesial, el obispo de Rabat sostuvo que el diálogo es el centro de esta misión. Un diálogo entendido no como moda o estrategia de mercado sino como el modo de Dios para comunicarse con la creación y en la historia de la salvación. De ahí que el mensaje eclesial sea la centralidad del Reino de Dios. Además, es una misión que se transparenta en el testimonio que la Iglesia marroquí ofrece a la Iglesia universal: la fraternidad universal es posible. Este testimonio es “una experiencia de vida de que cristianos y musulmanes podemos vivir como hermanos”, subrayó.
El cardenal López Romero terminó su reflexión afirmando que la Iglesia en Marruecos quiere ser un signo no por el número de sus miembros sino por su autenticidad. Es una Iglesia apasionante y apasionada. Si bien es insignificante, pero puede ser significativa.
Luego de este diálogo se celebró la eucaristía con la comunidad de la parroquia Santos Mártires de Marrakech y fue presidida por el Cardenal de Rabat. Cada uno de los momentos eucarísticos se vivió con alegría, esperanza y fiesta.
Durante el almuerzo, los hermanos Fr. Jean de Dieu Bazibuhe, Fr. Fabio Lamour y Fr. Manuel Corrullón, de la fraternidad franciscana de Marrakech, hizo entrega de un kit de recuerdo a cada participante. Así se dio por concluido el primer encuentro de la familia franciscana que trabaja con migrantes y refugiados en el Mediterráneo.